
Ejercicio físico y su impacto en la memoria
El ejercicio físico no solo es beneficioso para el cuerpo, sino también para la mente. La actividad física regular mejora la circulación sanguínea, lo que permite que más oxígeno y nutrientes lleguen al cerebro. Esto favorece el crecimiento de nuevas neuronas en el hipocampo, una región clave para la memoria y el aprendizaje.
El ejercicio aeróbico, como caminar, correr o nadar, es especialmente efectivo para mejorar la memoria a largo plazo. Estudios han demostrado que el ejercicio puede aumentar el tamaño del hipocampo, lo que mejora la capacidad para aprender y recordar información. Además, el ejercicio regular puede reducir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.
A nivel psicológico, el ejercicio también reduce el estrés y la ansiedad, dos factores que pueden afectar negativamente la memoria. La liberación de endorfinas durante la actividad física mejora el estado de ánimo y facilita el enfoque mental, lo que puede ayudar a consolidar la memoria. Incorporar al menos 30 minutos de actividad física diaria puede ser una de las mejores estrategias para mantener y mejorar la memoria.